Una vez hemos identificado lo esencial, quiero compartir con vosotros algunas de las ideas que utilizo como guía para este minimalismo espiritual:
- Ordena tus prioridades. Nuestra atención es limitada, por ello es fundamental priorizar. Debemos distinguir entre lo importante y lo urgente, tratando de alcanzar el equilibrio para evitar la desagradable sensación de dedicar todo nuestro tiempo a "apagar fuegos" de última hora. ¿Tienes compromisos, proyectos o actividades que a los que les dedicas una gran cantidad de tiempo pero que no figuran en tu lista de esenciales? Comienza a soltarlos. ¿Tienes aún mucho desorden material fuera de tus posesiones esenciales? Suéltalo también. La clave es ir poco a poco, para evitar que sea demasiado abrumador. Es una meta ambiciosa. Recuerda que "Roma no se construyó en un día".
- Aprende a gestionar el estrés y las emociones intensas sin tener que exagerar, comprar cosas materiales o celebrar desproporcionadamente. No tenemos que comprar cosas o comer o beber descontroladamente para lidiar con el estrés, la tristeza y la soledad. Tampoco hace falta celebrar desmesuradamente. Y, por supuesto, no es necesario estar siempre ocupado. Estar dispuestos a sentir lo que sentimos y aceptarlo sin más es una habilidad clave. La meditación es un buen inicio, pero cultivar la capacidad de estar presente y observar tus sentimientos es una práctica de por vida.
- Encuentra alegría en las cosas que te importan. Ahora que has soltado gran parte de las cosas no esenciales, la clave es dejar de perder tiempo y energía en buscar la felicidad y la comodidad en esos "distractores" y comenzar a encontrar la alegría en las cosas que de verdad importan. ¡Puedes empezar ahora mismo! Elige algo de tu lista de esenciales y céntrate en disfrutar de ello. Llama a ese familiar o amigo, dedícales tu tiempo, haz alguna actividad que te apasione.
- Aprende a decir no. Aquí hay otro paso vital que a menudo olvidamos: una vez que hayas generado espacio para las cosas que importan, deja de decir sí a todo lo demás. Tanto como puedas. No permitas que todo eso vuelva a entrar. Esto, que parece sencillo, se complicará cuando otros traten de imponernos sus esenciales y suframos chantajes de todo tipo. Mantén tu lista en mente y no pierdas el norte de las que son tus prioridades.
- Disfruta del espacio que has generado. No se trata únicamente de encontrar alegría en las cosas que importan. También es muy valioso tener algo de espacio para respirar. Simplemente detenerse y ser. Respira. Relájate. Muy pocas personas realmente se permiten hacer esto, sin necesidad de llenar todo con leer, mirar, hacer, responder, hablar, moverse, actuar. Disfruta del espacio vacío, como si fuera tan importante como el resto. Realmente lo es.
Espero, de corazón, que estos humildes consejos os ayuden a disfrutar más de vuestros esenciales y de ese espacio que hemos generado; y os un poquito acerquen a la felicidad.
Fuerza y honor.
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