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Writer's pictureAndrés Navarro

La ansiedad en cuarentena

Updated: Apr 2, 2020

Tras dos semanas de cuarentena que aún no tienen un final claro en el horizonte, en plena pandemia y con la sombra de una certera crisis económica posterior, es natural sentirse especialmente temerosos y estresados.


Pero tengo algunas buenas noticias para ti:

Posiblemente no te infectes del coronavirus.

Si te infectas, es muy posible que no desarrolles síntomas.

Si tienes síntomas, hay una considerable probabilidad de que sean leves.

Si tus síntomas son graves, probablemente sobrevivas.


Mientras tanto, por todas partes vemos, escuchamos y leemos noticias catastróficas... Por eso, tenemos que tener presente que nuestra única amenaza no es el virus. Nuestro cuerpo está programado para defenderse de las amenazadas exteriores. Si estás leyendo este post es porque, hasta ahora, tu cuerpo se ha defendido razonablemente bien de todas las que le han atacado. Pero nuestra defensa contra el estrés y la preocupación no es tan automática. De hecho, estos pueden llegar a ser graves enfermedades si no nos auto-programamos para defendernos de ellos.


Probablemente el coronavirus nunca te haga enfermar gravemente, pero puede que preocuparte por ello sí que lo haga.


Aquí es donde herramientas como el mindfulness entran en juego para ayudar a mantenernos concentrados y tranquilos y poder seguir combatiendo juntos la epidemia.

¿Cómo recordar que debemos evitar tocarnos la cara? ¿Cómo no olvidarnos de que debemos lavarnos las manos varias veces al día?


El miedo y la ansiedad son unos motivadores muy efectivos, pero son motivadores negativos que pueden llegar a consumirnos y enfermarnos sin llegar a contraer el virus. Pero si, en cambio, eres capaz de comprometerte contigo mismo o con los demás para cambiar la manera de afrontar estos pequeños-grandes retos, probablemente encuentres una nueva manera de recuperar ese sentimiento de control y conexión y combatir tanto el virus como la ansiedad que genera.


¿Perderás la concentración y acabarás olvidándote y tocándote la cara? Probablemente. Mil y una veces. Pero, cada vez que ocurra, simplemente comienza de nuevo. Con el tiempo desarrollarás la capacidad de controlar este “reflejo” y esto no sólo te permitirá encontrarte más tranquilo y a salvo durante la pandemia. Además, este “superpoder” te ayudará a prepararte para casi cualquier cosa que te propongas, incluso cuando acabe esta crisis sanitaria.


Hablando del tema con compañeros, amigos y familiares, sale varias veces a la luz como, sin prácticamente proponérnoslo, desde que el coronavirus entró en nuestras vidas somos más conscientes de las veces que nos tocamos la cara a lo largo del día. De ese mechón de pelo molesto que mecánicamente nos retiramos con la mano. ¿Qué hacer contra esos comportamientos que hacemos de manera “inconsciente”?


Una buena técnica es utilizarlos como un estímulo para, gracias a ellos, ser más conscientes de todo lo que tocamos y hacemos. En otras palabras, evitar centrarnos en lo negativo de ese comportamiento “mecanizado” y no castigarnos por las veces que lo realicemos. En cambio, ese gesto puede convertirse en un recordatorio para permanecer concentrados, devolviéndonos de nuevo el “control” sobre esos movimientos que creíamos incontrolables. Este es un estímulo perfecto para estar, en general, “más presentes” y observar y sentir realmente lo que nos rodea y muchas veces pasamos por alto.


Otra buena manera de afrontarlo es comprometernos, al inicio de nuestro día, a defendernos a nosotros mismos y a todos los demás del virus a través de nuestro comportamiento durante las próximas 24 horas. Mientras lo hacemos, simplemente pensando en alguien a quien amamos y centrándonos en lo que sentimos por esa persona durante unos minutos, estaremos marcando una gran diferencia. ¡Pruébalo! Cierra los ojos y trata de localizar físicamente ese sentimiento en tu cuerpo. Cuando hacemos esta pequeña práctica, liberamos oxitocina, la “hormona del amor”, en nuestro torrente sanguíneo. Esta hormona, además de tener un efecto calmante, constituye un excelente motivador positivo. Todo lo contrario del miedo y el estrés de los que antes hablábamos. Piensa en la gente a la que quieres, en cómo estás protegiéndoles del virus y eso te ayudará a tranquilizarte.


Espero que estos trucos os ayuden a estar más concentrados, probablemente algo más felices y un poco mejor programados para defenderos del estrés y la preocupación.


Ánimo. Fuerza y honor.

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