Vivir con 1500 calorías al día es muy poco, incluso para alguien que sólo necesite 2000. A pesar de eso, no es difícil ver a muchos hombres y mujeres que se obsesionan con mantener regímenes tan destructivos porque creen que sólo así lograrán los resultados que buscan. Esta majadería es la causa de innumerables desajustes y obsesiones en tantas personas de todas las edades. ¡Despierta! No funciona así. No es necesario matarte de hambre y pasar cientos de horas en el gimnasio para conseguir los resultados que buscas. No puedes vivir en un déficit de calorías eternamente. Al contrario: acostumbrando al cuerpo a ello le estás forzando a entrar en un estado conocido como adaptación metabólica. Si le obligas a vivir sin una alimentación adecuada, tu cuerpo se acostumbrará a no obtener los nutrientes suficientes y "ahorrará", recortando las funciones metabólicas menos críticas. Eso significa que entrará en modo "supervivencia", lo que afectará a muchos procesos fundamentales como la digestión, o distintos procesos inmunitarios y cognitivos. ¿Te sientes últimamente como un alma en pena? Esta puede ser la razón. Y, por supuesto, si llegas a este punto, tu rendimiento físico y tus márgenes de ganancia e incluso pérdida de peso se verán drásticamente afectados. ¿Falta de apetito? ¿Insomnio o sueño irregular? ¿Incapacidad para perder peso o ganar músculo? ¿Pérdida o irregularidad del ciclo menstrual? ¿Lesiones o enfermedades demasiado frecuentes? ¿Baja energía? ¿Cambios de humor? Si te suena alguno de los anteriores, probablemente sea el momento de aumentar esa ingesta de calorías y darle un respiro a tu cuerpo. Es perfectamente legítimo querer perder peso y, por supuesto, necesitas un déficit de calorías para lograrlo; pero no se trata en ningún caso de vivir con hambre y en una agonía continúa, sintiéndote miserable con una dieta draconiana.
¡Calorías! Ni tantas ni tan pocas...
Updated: Apr 2, 2020
Comments